martes, 28 de febrero de 2012

Pasado y futuro

Los últimos años de la Selección fueron un decálogo de frustraciones. El desfile de nombres y módulos tácticos que se sucedieron sin dar con un patrón de juego definido es la prueba que certifica la teoría: sin equipo no hay fútbol y sin fútbol es difícil cosechar resultados.
Los distintos procesos se consumieron entre cachetazos. Y la ausencia de un proyecto estructural es la base de todos los males.
De ese caldo de cultivo, Sabella deberá construir un escenario acorde con sus pretensiones. La búsqueda de un paradigma futbolero es su misión central en el futuro inmediato.
El pasado condena determinaciones que exceden al actual entrenador. Es momento de correr los márgenes y moderar la impaciencia. La Selección tiene que barajar y dar de nuevo. A veces, la Pachorra es buena consejera.

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